Tras la apertura del blog con una canción del gran Manolo García, vuelvo a sentirme inspirada, por lo que escribo de nuevo para meterme de lleno en la didáctica y su relación con mi mundo.
Ya el primer día que llegué al aula de clase casualmente conocí a la que dos días después se presentaría oficialmente como mi profesora de Didáctica. Puedo decir que esta fue la primera vez que tenía contacto con parte de la nueva asignatura, en concreto con una profesora. Antes no había oído hablar del término didáctica y, mucho menos, me había planteado definiciones sobre éste.
Las primeras semanas me sirvieron para "calentar motores" y para ubicarme en el nuevo espacio, empezar a relacionarme con los nuevos compañeros y observar/comprobar la dinámica de clase entre los alumnos y la profesora, para formar parte del grupo. Además concluí la lectura de los paradigmas o modelos de conocimiento, que realmente no me sirvió de mucho, a simple vista sólo para hacerme un lío (no entendía los elementos de cada modelo ni era capaz de diferenciarlos) pero, analizando la situación desde la distancia, esta lectura a la vez me ayudaba a crear ideas, más o menos acertadas, sobre concepciones que desconocía hasta el momento. En este momento, tras casi dos meses desde el comienzo del curso, que se concretan en unas dieciséis clases teóricas, ya tengo una idea mejor formada y argumentada sobre distintos temas: que la didáctica se basa en procesos de enseñanza-aprendizaje siguiendo un currículo o currículum (entendido este como un programa de estudio e instrucción) previamente preparado para la formación del sujeto (persona). El encargado de poner a disposición del sujeto las herramientas necesarias para su aprendizaje puede ser un educador social, que tiene que tener unas competencias y habilidades desarrolladas como pueden ser la empatía, la asertividad o ser buen comunicador, entre otras.
Algunos autores creen que los paradigmas científicos del ámbito pedagógico se han establecido dualmente, o sea, isomórfica y unívocamente. Es decir, que los modelos paradigmáticos se relacionan según tengan la misma estructura o el mismo significado. Existen cinco modelos y en todos ellos encontramos estos elementos que los definen: destinatarios, objetivos, contenidos, metodologías, recursos didácticos, evaluación y formador.
- En el modelo academicista el formador es especialista en la materia y se encarga de dar una clase magistral apoyada en recursos tecnológicos y sus propios conocimientos, con la que pretende transferir los contenidos a un grupo homogéneo, que posteriormente evaluará de los conocimientos adquiridos.
- En el modelo conductista el formador, que opera con un grupo homogéneo, trata de llevar a cabo el aprendizaje individual de los sujetos basado en refuerzos. Para reproducir las conductas se apoya en recursos tecnológicos y para comprobar si se cumplen los objetivos evalúa el control y la medición de las conductas adquiridas por los sujetos.
- Mediante el modelo cognitivista o constructivista, el formador busca que los sujetos desarrollen procesos mentales y para ello su evaluación se basa en la definición de estrategias de solución a problemas.
- En la concepción humanista, el formador es el animador personal de un grupo de individuos que tienen que desarrollar sus cualidades para alcanzar cierto grado de responsabilidad y autoevaluación, para ello se llevan a cabo dinámicas grupales en las que se establecen relaciones afectivas.
- El modelo sociocrítico surge por la existencia de grupos sociales y culturales que tienen necesidades formativas y de participación. Para que se produzca la transferencia y el impacto al contexto sociopolítico, el grupo destinatario se respalda en los instrumentos que el formador le ofrece para ejecutar la transformación social mediante la intervención y la búsqueda de alternativas.
